La inclusión financiera empieza cerca de casa
Por Nerea Toña, CEO de Nickel en España
Hace apenas unos años, la mayoría de nosotros teníamos una sucursal bancaria cerca de casa y podíamos sacar dinero, hacer una gestión o simplemente pedir ayuda era parte natural de nuestro día a día. Hoy, sin embargo, cada vez es más habitual tener que desplazarse varios kilómetros para hacer algo tan básico como ingresar efectivo o consultar una duda. La forma en la que accedemos a los servicios financieros ha cambiado profundamente, y muchos ciudadanos sienten que ese contacto directo y humano se ha ido perdiendo.
En los últimos años, el sistema financiero ha evolucionado hacia modelos más digitales y centralizados, lo que ha traído grandes avances en eficiencia, pero también nuevos retos en términos de accesibilidad. España cuenta hoy con menos de 17.000 oficinas bancarias, frente a más de 45.000 hace poco más de 15 años, lo que ha generado una brecha geográfica y generacional en el acceso a los servicios financieros más básicos. Para muchas personas mayores o residentes en zonas rurales, disponer de un punto físico cercano sigue siendo una necesidad real.
Frente a esta transformación, surgen nuevas formas de entender el sector financiero: más inclusivo, más cercano y pensado para el día a día de las personas. Modelos que buscan devolver al barrio la posibilidad de gestionar su dinero de forma sencilla, sin desplazamientos ni barreras tecnológicas. En Nickel creemos que la innovación no solo pasa por lo digital, sino también por acercar los servicios financieros a las personas, estén donde estén.
Nuestro compromiso con la inclusión financiera se materializa en más de 2.400 Puntos Nickel repartidos por toda España, comercios locales como estancos y establecimientos de loterías. Gracias a esta red, cualquier persona puede abrir una cuenta, ingresar o retirar dinero de forma rápida y segura, a pocos metros de su casa. Esta red demuestra que la cercanía sigue siendo un factor clave en el acceso a los servicios financieros.
Nickel está presente tanto en los barrios de grandes ciudades como en pequeñas localidades, donde a menudo no quedan oficinas bancarias. Estos establecimientos no son solo lugares donde operar: son comercios donde la comunidad recupera el contacto humano que tradicionalmente ha caracterizado la relación con su dinero.
Porque la inclusión financiera no es un concepto, es una necesidad social. Significa garantizar que nadie se quede atrás por vivir lejos de una gran ciudad o por no sentirse cómodo con la banca digital. Significa que todos podamos elegir cómo gestionar nuestras finanzas, con independencia de nuestra edad, capacidad tecnológica o ubicación geográfica.
El futuro del sector pasa por combinar tecnología y cercanía, por ofrecer servicios digitales, pero también trato humano. En Nickel trabajamos cada día para hacerlo posible: para que gestionar el dinero sea fácil, accesible y al alcance de todos. Porque hacer fácil el acceso al dinero es, en realidad, una forma de estar más cerca de las personas.
